13 de marzo de 2009

El "Chapo" en Forbes

Cuando México se encuentra en medio de una creciente guerra contra el narcotráfico, que ha cobrado la vida de más de 1000 personas (entre narcotraficantes, militares y civiles inocentes), Forbes decidió publicar en su lista de millonarios el nombre de Joaquín Guzmán, también conocido como "El Chapo", cuya fortuna fue valuada por la revista en los mil millones de dólares.

El conteo es atractivo de revisar cotidianamente, quienes gozamos de un salario de clase media podemos conocer los nombres y rostros de aquellos que poseen la vida que muchos quisieran tener, con los millones que nunca podríamos gastar. Sin embargo, la inclusión del "Chapo" a la lista genera un sentimiento de malestar en los mexicanos que no ocurre al ver nombres como el de Carlos Slim (aunque muchos se muestran molestos de que la tercera persona con más dinero en el mundo viva en un país con más de 50 millones de pobres, pero eso es otro tema). Contrario al magnate de las telecomunicaciones Joaquín Guzmán se encuentra en género de negocio distinto.

Para aquellos que han vivido en una isla desierta en los últimos años, vale la pena mencionar que el “Chapo” Guzmán es uno de los narcotraficantes más buscados, tanto en México como en Estados Unidos, y es el líder del cártel de Sinaloa. Justo cuando la guerra contra el narcotráfico se encuentra en el nivel más alto en hostilidades, y que el gobierno estadounidense ha declarado que México es un foco rojo para su seguridad nacional, surge la duda si fue una buena decisión por parte de Forbes el incluir a un individuo como el líder de uno de los cárteles más importantes en su lista.

Es cierto, el Chapo cuenta con el dinero suficiente, nadie puede negar que el tipo conoce su negocio (despreciable por cierto); pero incluirlo en un listado que supone incluir a las personas más exitosas en el ámbito empresarial parece ser irresponsable. Si el respeto se gana por el tamaño de la cuenta de banco, independientemente de la calidad personal del titular de la misma, ¿qué clase de censura puede existir contra aquellos que lucran con negocios ilegales? Desde ésta perspectiva Madoff y Stanford parecen ser unos tipazos.

Independientemente de nuestra postura personal, el negocio del Joaquín Guzmán es, además de ilegal, inmoral (el asesinato y el tráfico de drogas no puede ser moral, quien piense que lo es debería reflexionar seriamente sobre esto). Sin embargo, preguntarnos sobre si lo que hizo Forbes es o no correcto parece ser, al menos en la superficie, un poco más complejo, pues el listado trata sobre millonarios y no sobre personas morales. De cualquier modo el malestar persiste.

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